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CAPÍTULO 36 ZARPAR
Al soltar amarras, tres naves pintadas con violentos trazos rojos y
naranjas fueron catapultadas a lo desconocido. A cinco nudos por Hora en
dirección Oeste, La Santa María, La Niña y La Pinta
desvanecen su presencia de los azules mares de la costa. Iberia es ahora
la uña de un pulgar, una esfera azulada, brillante y hermosa desde
la cual todavía llegan voces amigas. Pero cuando va anocheciendo,
desaparece la frágil imagen de la madre patria y el cielo se convierte
en una bóveda negra llena de grietas. ¿Si ya Iberia no flotaba
allá afuera, donde se metió Iberia?, se preguntaba Kristóbal.
De pronto se había quedado sin referencias porque tampoco se veían
las mismas estrellas que en Iberia. Kristóbal Kolón ordenó
a Pinzón seguir estrictamente la hoja de ruta y se retiró
a dormir. Toda la noche zumbó tormenta. Un trueno iluminó
las tres carabelas que parecían detenidas como rocas de madera.
La luz del relámpago resplandeció a Mercedes desnuda y sentada
como una joven coronada sobre el trono erguido de Kristóbal y una
sombra de contornos arqueados, de pechos redondos acariciados por manos
fantasmales se proyecto sobre las paredes . Fulguró el camarote
de la tripulación de la Santa María, inundado de ronquidos,
flemas y voces delirantes. Y el relámpago denunció en la
cocina a dos ratones de ojos brillantes y bigotes blanqueados por la harina.
Mientras tanto ¿Qué pasaba en Iberia? Durante el primer día,
ningún iberiano volvió a su casa, todos estuvieron en la
despedida, moviendo sus pañuelos y arrojando besos a los tripulantes.
Permanecieron en puerto, contemplando las naves cada vez más pequeñas.
Pero cuando las naves ya no eran sostenidas por la mirada de los iberianos,
se hundieron irremisiblemente en un manto de invisibilidad, incluso, aunque
solo por momentos, para los mismos tripulantes quienes rezaban para que
los iberianos en la costa no se olvidaran de ellos. Las naves rasgan un
mar lechoso La tormenta duró siete días y al octavo el Sol
arrodilló a Kristóbal. Todos subieron a cubierta para festejar
el buen tiempo y se encontraron que navegaban en un inmenso mar de leche.
La primer paloma voló con este mensaje de Kolón: " Cuando
partimos el 3 de agosto de 3492 a las 8 de la mañana, se inició
una nueva etapa. Hasta ahora todo anda a las mil maravillas. Navegamos
en un mar lechoso donde hasta los que no saben nadar flotan fácilmente.
He llenado varios recipientes con esa extraña agua de mar que es
un placer gustarla. Por momentos el agua se volvía muy espesa, como
si fuera una nata. Desapareció un marino mientras se bañaba.
Alcancé
a ver una serpiente negra con listones amarillos que emergió del
agua y lo engulló. Guardé silencio (creo que nadie se dio
cuenta) pero prohibí el baño. Los iberianos y Silonitas apenas
se hablan. Tampoco hay muchas oportunidades, ya que los primeros ocupan
los pisos superiores y los Silonitas duermen y comen en los sótanos.
No sigo, porque si no, la pobre paloma no se va a poder una carta tan pesada.
¡Viva el Imperio de Iberia! |
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