Siberia

Ellos nos dicen que pesquemos en el río, pero esas aguas pasan primero por Iberia y aquí llegan podridas y si apenas las sorbemos al otro día nos salen ronchas en todo el cuerpo. No podemos ni siquiera dejar a los niños que jueguen con barro. A los chanchos, vacas y caballos, no les podemos dar esa agua por que se mueren. Todos los animales que toman esa agua se enferman y a los pocos días se mueren. Kristóbal entiende que todo es una confusión. Creen, conjetura, que yo soy funcionario importante de Iberia; me tienen que haber visto alguna vez con la túnica blanca de escribiente o con mi traje negro caminando Iberia. Deben pensar entonces, que tengo influencias, no saben si ante la Emperadora, pero por lo menos con algún Caballero Negro o Consejero (K. prefiere que el malentendido, continúe, le gusta sentir ese buen trato, tanta deferencia; en fin: lo hace sentir importante. Marcos esperanza a los quejosos diciendo que Amaunac promete días de abundancia para los Silonitas y que dejen "...las lágrimas para otro momento y hablemos como hombres."